Si pudiéramos resaltar tres aspectos que contribuyen para nuestra seguridad, en su sentido más amplio, así como para el bienestar en cualquier ámbito de nuestras vidas, entre otras son: el orden, la limpieza y el respeto, conforman dichos aspectos que, infortunadamente, no les han sido inculcados a muchas personas y cuya carencia nos provoca, a los demás, graves y múltiples problemas.
EL ORDEN, más allá del concepto que nos permite entender y
mantener las jerarquías, normas e instituciones aceptadas socialmente y bajo el
cual las comunidades se organizan, lo debemos promover, establecer y mantener,
en su entendimiento más simple y sencillo, para que las cosas funcionen
correcta y adecuadamente al estar debidamente ordenadas.
Si
no hay orden en nuestras vidas y en nuestras cosas, damos pie al desorden.
LA LIMPIEZA, implica el mantener condiciones adecuadas en nuestros lugares para que, además de estar ordenados, su aseo proponga un ambiente grato y seguro. La higiene en general, además de prevenir enfermedades, evita la incomodidad y contribuye al disfrute, la sana convivencia y el bienestar de las personas.
Al
cuidar y mantener espacios con limpieza, se promueve un mejor y mayor sentido
de identidad y pertenencia, provocando que además de limpios, se perciban
seguros.
EL RESPETO, es algo que debemos fomentar no sólo desde la perspectiva legal y cultural, sino desde la parte ética y moral de las personas, desde su infancia, a fin de convertirlo en una virtud de cada uno para respetar y considerar los derechos de los demás.
Debemos
respetar y tratar a los demás como deseamos que nos traten y nos respeten a
nosotros mismos. Con ello, estaremos previniendo, en mucho, la violencia.
Muchas de las cosas que nos molestan, nos ofenden, afectan nuestro bienestar o atentan contra nuestra seguridad, son provocadas por la falta de orden, limpieza y respeto de alguien que, por no contar con esos principios y valores, o al no ser debidamente reconvenido, en algún momento y de alguna manera, genera caos.
Comienza por verte a ti mismo, observa y reconoce si en tu propia vida, la de tu familia, la de tu comunidad, en tu escuela o en tu trabajo se promueve y existe el orden, la limpieza y el respeto.
Si la respuesta es negativa, ahí tienes algo por donde comenzar, ¡hazlo!, pues en la medida en la que promuevas esos tres aspectos, estarás haciendo mucho por tu bienestar, tu salud y, sobre todo, por tu seguridad y de la de todos los demás.
Nuevas Perspectivas
mira a la seguridad desde otras aristas para enfrentar a los grandes problemas
sociales.
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